martes, 8 de septiembre de 2015

Zaha Hadid: alta tecnología con rasgos orgánicos

Inspirada en las cualidades del paisaje y la arquitectura de la milenaria ciudad de Petra, la Casa de la Cultura y las Artes Rey Abdullah II, diseñada por la arquitecta inglesa de origen iraquí, Zaha Hadid, se basa en una serie de trazos horizontales o -capas topográficas- que articulan los diferentes espacios públicos que conforman el centro de artes escénicas, generando un espacio continuo y en constante movimiento.

Es innegable que la imagen de la arquitectura de Zaha Hadid representa la era de la alta tecnología, del ciberespacio, de la inteligencia artificial; sin embargo, sobre todo desde hace un par de años, poco a poco sus proyectos han ido desplazando las agudas geometrías hacia rasgos mucho más orgánicos, como en el caso del Centro de Ciencia Phaeno, el Pabellón para la exposición de Zaragoza, el Museo Móvil para la casa de modas Chanel y más recientemente el proyecto para la Casa de la Cultura y las Artes Rey Abdullah II, que es quizá, el que propone una aproximación mucho más estrecha con las formas naturales.

Desde las primeras obras que realizara la arquitecta inglesa de origen iraquí, ha sido evidente su interés en la exploración y desarrollo de nuevas formas arquitectónicas. Su disposición a trabajar metafóricamente y su brillantez en la representación, han facilitado su exploración creativa de la forma, el espacio, la luz y el movimiento. 

GEOMETRIA ESPACIAL

Su dominio de los principios de la geometría espacial, además de haber hecho posible la realización de sus proyectos, ha permitido que su trabajo evolucione y progrese. Si bien, de manera lúdica, también con una notable precisión: cada rasgo de su arquitectura tiene un sentido, nada en ella es ornamento, a pesar de la complejidad de sus formas.

Independientemente del hecho constructivo en el que se aprecia una clara libertad formal, e incluso abarrocamiento, en la obra de Zaha Hadid subyace el pensamiento de las vanguardias arquitectónicas del siglo XX. Con las más innovadoras herramientas, materiales y sistemas constructivos a la mano, ha hecho posibles estructuras dinámicas, de máxima ligereza, de líneas oblicuas y elípticas que revelan soluciones que, aunque escapan a lo eminentemente funcional, exaltan los valores más aclamados por los modernos: las nuevas formas, la velocidad, el movimiento y sobre todo el uso de las nuevas tecnologías.

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